Nosotras y la luna
Mientras ponía mis cristales a cargar en el alfeizar de la ventana, una noche de luna llena, me detuve a contemplar su presencia. Es entonces cuando me di cuenta de esa conexión especial e inexplicable que algunas mujeres sentimos con ella. ¿Qué es lo que nos atrae tanto? Pues en este post te lo explico. Acompáñame mientras exploramos la relación entre la luna y nosotras, las mujeres, y cómo continúa influenciando nuestra vida.
Desde tiempos inmemoriales, la luna ha sido reverenciada como un símbolo de la feminidad en su forma más pura, una presencia maternal que nutre, protege y da vida. En las antiguas narrativas de culturas alrededor del mundo, este satélite personificaba la esencia misma de lo femenino, encarnando el papel maternal, el calor del hogar y el fluir de las emociones. La historia de la humanidad está tejida con la presencia de la luna en los rituales ancestrales y las tradiciones de las tribus, donde las sabias ancianas compartían relatos que honraban la conexión entre la mujer y la naturaleza, incluso se celebraban ritos en torno a la menstruación.
La relación entre la luna y los ciclos menstruales de la mujer es un testimonio vivo de esta conexión ancestral. Con una sintonía casi mística, la duración aproximada del ciclo lunar, unos 28 días, se entrelaza con la duración promedio del ciclo menstrual femenino. Las fases lunares, desde la oscuridad de la luna nueva hasta la luminosidad plena de la luna llena y de nuevo a la oscuridad, reflejan los cambios cíclicos experimentados por nosotras las mujeres, en nuestra propia esfera interna. De ahí todas nuestras lunas. En la antigüedad, los ciclos de las mujeres se movían en armonía con las fases lunares, desde la menstruación representada por la luna nueva hasta la ovulación simbolizada por la luna llena, y de nuevo al ciclo menstrual con la luna menguante. Este vínculo simbólico entre la luna y la mujer era profundamente sentido, conectando los ritmos del universo con los ritmos de la vida femenina.
La conexión quizá más mágica si cabe, es la que tenían las brujas con la luna y la celebración ritual de los esbats, quienes solían honrar su conexión con la Diosa Luna, realizar hechizos mágicos y celebrar su feminidad en todas sus formas durante las diferentes fases lunares.
Sin embargo, en la era moderna, la influencia de la luz artificial de las pantallas y el ritmo frenético de la vida han desviado nuestra atención de estos ciclos naturales. La mayoría de las mujeres ahora quizá no prestamos la misma atención a los cambios hormonales y emocionales en relación con nuestros ciclos energéticos. La menstruación puede surgir en cualquier fase lunar debido a esta desconexión con los ritmos naturales.
Pero incluso en la sociedad contemporánea, la luna sigue siendo una luz que nos invita a reconectar con nuestra esencia femenina y nuestro poder interior. Hoy en día, muchas mujeres volvemos a celebrar los esbats y a honrar la magia de la luna y el poder femenino en casi todo el mundo.
Y sé que os preguntaréis... ¿Qué pasa con la menopausia? Desde el punto de vista científico, la menopausia marca el fin de la etapa reproductiva de la mujer, durante la cual se produce una disminución significativa en la producción de hormonas sexuales como el estrógeno y la progesterona, lo que trae consigo muchos síntomas que pueden resultar desagradables. Pero desde el punto de vista energético, cuando los ciclos reproductivos cesan, las mujeres experimentamos una transformación que nos lleva hacia un poder aún más profundo. La energía que una vez fluía hacia el exterior en ciclos mensuales ahora se vuelve hacia dentro, nutriendo y fortaleciendo el ritmo natural femenino.
Entonces, en este recorrido por la vida, la luna y nosotras, las mujeres, seguimos conectadas, recordándonos lo crucial que es respetar nuestros ciclos naturales y abrazar nuestra feminidad.
¿Y tú? ¿Sientes la conexión con la luna? ✨️🌙
Awen




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